La falta de sueño potencia las decisiones arriesgadas por un exceso de optimismo, según concluye un estudio del Centro Médico de la Universidad de Duke en Durham (Estados Unidos) que se publica en la revista Journal of Neuroscience.
Utilizando imágenes de resonancia magnética en 29 voluntarios adultos sanos, los científicos demostraron que una noche sin dormir
produce un aumento de la actividad cerebral en regiones que evalúan los
resultados positivos, así como a una menor activación en las áreas
cerebrales que procesan los resultados negativos. Como consecuencia, en
los experimentos los individuos que habían sido privados del sueño en el estudio tendían a tomar decisiones que enfatizaban la ganancia económica y eran menos propensos a elegir aquellas que reducían las pérdidas.
Estudios anteriores habían mostrado que la carencia de sueño deteriora
la habilidad para tomar decisiones, pero esta es la primera
investigación que revela que la falta de sueño puede cambiar la forma en la que el cerebro estima los valores económicos independientemente de sus efectos sobre la atención, además de aumentar la sensibilidad a las recompensas positivas.
Según Michael Chee, responsable del estudio, "incluso si alguien
realiza decisiones financieras muy arriesgadas y sonadas después de una
noche normal de sueño, no hay garantías de que esta misma persona no te
exponga a un riesgo
desafortunado si no ha dormido lo suficiente". Chee explica que, por
ejemplo, existen evidencias empíricas de que el exceso de horas de
trabajo en los médicos residentes conduce a un mayor número de
accidentes. "Creo que es fundamental que la sociedad al completo se
aferre a los datos generados sobre los efectos perjudiciales de la falta
de sueño y valore si debemos continuar haciendo las cosas a la antigua
usanza", concluye el investigador.
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