lunes, 15 de septiembre de 2014

Cómo evitar las noches en vela


Todos hemos pasado alguna vez una noche en vela sin poder conciliar el sueño, y suele recordarse como algo interminable. Se habla entonces de insomnio. Este trastorno consiste en la imposibilidad para iniciar o mantener el sueño.
Sus síntomas son:
● Dificultad para quedarse dormido en la mayoría de las noches.
● Sentirse cansado o quedarse dormido durante el día.
● No sentirse renovado al despertar.
● Despertar varias veces durante el sueño.
El insomnio también varía en el tiempo que dura y la frecuencia en la que ocurre. El insomnio puede ser a corto plazo (insomnio agudo) o puede durar por un largo tiempo (insomnio crónico).
El problema es que va asociado a una disminución del rendimiento laboral e incluso a un incremento de la tasa de accidentes y a una mayor propensión a padecer enfermedades, provocadas por la reducción de energía y defensas.
El insomnio es uno de los trastornos del sueño más comunes. Más del 50% de los pacientes de atención primaria reconocen haberlo sufrido. En definitiva, se estima que entre un 10 y un 15% de la población adulta padece insomnio crónico.
Estas alteraciones impiden la recuperación que el cuerpo necesita durante el descanso nocturno, pudiendo ocasionar somnolencia diurna, baja concentración e incapacidad para sentirse activo durante el día.
También hay que tener en cuenta que el insomnio puede ser un síntoma de otra enfermedad. Aunque este trastorno únicamente suele concebirse como la dificultad para iniciar el sueño, lo cierto es que puede aparecer de varias formas.

Tipos de insomnio.

Hay dos principalmente.
1. El llamado insomnio primario se produce cuando la causa que lo provoca no se identifica fácilmente o no está asociada a ninguna otra enfermedad. Entre estos trastornos se encuentra el generado, en la mayoría de los casos, por situaciones de estrés. Otras causas habituales son:
El alcohol la ansiedad o el café.
El ‘jet-lag’ es otro ejemplo que se produce cuando el sueño es normal pero el sujeto presenta dificultad para ajustarlo a una nueva franja horaria, como ocurre tras algunos viajes.
Las personas que sufren de insomnio primario tienden a mantenerse pensando en dormir lo suficiente. Cuanto más tratan de dormir, mayor es la sensación de frustración y angustia, y más difícil se torna conciliar el sueño.
2. El insomnio secundario, por otra parte, aparece como consecuencia de diferentes causas, tales como una enfermedad, un trastorno mental, el consumo de ciertas sustancias o medicamentos.
Este tipo de insomnio es un síntoma o efecto secundario de algún otro problema. La depresión es la causa principal de insomnio secundario. Si el médico y el paciente pueden descifrar la enfermedad subyacente, su tratamiento es a menudo más productivo que atacar el insomnio directamente.
El insomnio asociado a enfermedades psiquiátricas representa un 40% de los trastornos.

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